REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PODER JUDICIAL
Circuito Judicial del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional
Sala de Juicio Nº 11
Caracas, 01 de diciembre de 2009
199º y 150º
ASUNTO : AH51-X-2009-001059
Vistas las actas procesales que conforman el presente asunto, especialmente el escrito cursante en la pieza principal del mismo, de fecha 23/11/2009, suscrito por la ciudadana ZURAMA MURO RAMOS, titular de la cédula de identidad N° 6.356.994, debidamente asistida por el profesional en derecho SAUL FEDERICO JIMENEZ MAGO, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 73.283, en el cual textualmente exponen “… el padre de mi hijo, (…), (…) renunció al cargo que venía desempeñando en la Dirección de Deporte de la Universidad Central del Venezuela en fecha 28 de septiembre de 2009 …”, adicionalmente consignó copia fotostática expedida de Control de Movimientos de Personal de la U.C.V, en la cual se evidencia del status del ciudadano demandado RAUL JOSE BENITEZ DURAN, titular de la cédula de identidad N° 6.402.866, en la cual se desincorporó por motivo de renuncia voluntaria, haciéndose efectiva el día 21/09/2009; esta Sala de Juicio Nº 11 del Circuito Judicial del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas y Nacional de Adopción Internacional, hace la siguiente observación, el artículo 585 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, establece lo siguiente: “… Las medidas preventivas establecidas en este Título las decretará el Juez, sólo cuando exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo y siempre que se acompañe un medio de prueba que constituya presunción grave de esta circunstancia y del derecho que se reclama.” Por cuanto la solicitante presentó prueba suficiente demostrando los elementos esenciales (fumus bonis iuris), para poder esta Juzgadora dictar la Medida de Embargo solicitada, elementos éstos que son presunción grave y la prueba de que exista riesgos manifiesto que quede ilusoria la ejecución de la sentencia definitiva, es decir, (el periculum mora). Esta Juzgadora considera oportuno hacer mención en extenso, de la esclarecedora sentencia emitida por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia en ponencia del Magistrado OMAR ALFREDO MORA DIAZ de fecha diecinueve de septiembre de 2001 Exp. R.C Nº AA60-S-2001-000308. (Extracto)
“(... ) si bien es cierto, que el artículo 466 de la Ley en referencia, establece unos supuestos para la procedencia de las medidas cautelares, como son la legitimación del sujeto que las solicita y el señalamiento del derecho que se reclama, las cuales son condiciones generales para el ejercicio y admisión de cualquier acción, de indiscutible e inexorable cumplimiento, y adiciona un elemento nuevo que difiere del régimen de la cautela ordinaria como lo es la potestad del juez de fijar el plazo en el cual permanecerán vigentes o con efectos, lo es también el hecho de que dada la naturaleza propia de las providencias cautelares, las cuales como expresa el autor Piero Calamandrei en su Obra Providencias Cautelares “Proveen a eliminar el peligro mediante la constitución de una relación provisoria, preordenada al mejor rendimiento práctico de la futura providencia principal”, la interpretación y alcance del artículo en referencia debe llevar al juez al análisis de las condiciones o requisitos de procedibilidad que la doctrina patria ha calificado como los pilares clásicos del poder cautelar, previstos en el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil.
En efecto, pueden considerarse tres las condiciones fundamentales a las que están sometidas los providencias bajo estudio, a saber: 1º.- La existencia de un juicio en el cual la medida va a surtir sus efectos (Pendente Lite) 2º.- La apariencia del buen derecho (Fumus Bonis Iuris) y 3º.- El peligro de que ese derecho aparente no sea satisfecho (Periculum in Mora), siendo éstos los puntos a los que debe referirse el conocimiento del juez en vía cautelar, pues, “el peligro en el retardo es la causa impulsiva de las medidas y conjuntamente con el juicio de verosimilitud que requiere la ley para su decreto son los que en definitiva justifican la prosecución del procedimiento cautelar sea para la ejecución, oposición o suspensión de las medidas” (Ricardo Henríquez La Roche, Medidas Cautelares según el Código de Procedimiento Civil, Caracas 2000). (Negrillas de la Sala).
Sobre este punto, la jurisprudencia pacífica y reiterada de este Alto Tribunal se ha orientado, en señalar:
“(...) no significa que puedan hacerse a un lado los requisitos a que se contrae el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil, esto es, el peligro grave de que resulte ilusoria la ejecución de la decisión definitiva (periculum in mora) y la presunción grave del derecho que se reclama (fumus boni iuris), ya que es criterio de este Alto Tribunal que el poder cautelar debe ejercerse con sujeción estricta a las disposiciones legales que lo confieren, y por ello la providencia cautelar sólo se concede cuando existan en autos, medios de prueba que constituyan presunción grave de la existencia del riesgo manifiesto de quedar ilusoria la ejecución del fallo, así como del derecho que se reclama; tanto es así, que la citada norma fue invocada por el solicitante, conjuntamente con el artículo 599, ordinal 2º eiusdem.
En cuanto al periculum in mora, ha sido reiterado pacíficamente por la doctrina y la jurisprudencia, que su verificación no se limita a la mera hipótesis o suposición, sino a la presunción grave del temor al daño por violación o desconocimiento del derecho si éste existiese, bien por la tardanza de la tramitación del juicio, bien por los hechos del demandado durante ese tiempo tendentes a burlar o desmejorar la efectividad de la sentencia esperada.
Con referencia al fumus boni iuris, su confirmación consiste en la existencia de apariencia de buen derecho, pues cuando se acuerda la tutela cautelar no puede prejuzgarse sobre el fondo del asunto planteado. Puede comprenderse entonces como un preventivo cálculo o juicio de probabilidad y verosimilitud sobre la pretensión del demandante; correspondiéndole al Juez analizar los recaudos o elementos presentados junto con el escrito de la demanda, a los fines de indagar sobre la existencia del derecho que se reclama”. (Sentencia Nº 00636 del 17-4-2001. Sala Político Administrativa).
“Advierte esta Sala que no se desprende de la citada sentencia que el órgano jurisdiccional que conozca de (…) deba constantemente y ante cualquier solicitud conceder la medida cautelar solicitada, antes bien, debe siempre analizar cada caso concreto y verificar si de lo alegado por el solicitante se evidencia la presunción a su favor del buen derecho que reclama, o si existe o no fundado temor de que quede ilusoria la ejecución del fallo, o que los daños sean irreparables o de difícil reparación como consecuencia del no otorgamiento de la cautela solicitada”. Sentencia Nº 265 del 01-03-2001. Sala Constitucional. (Negrillas de esta Sala)
En consecuencia este Juzgando teniendo como norte la Prioridad absoluta de atender las necesidades y derechos básicos de los Niños, Niñas y Adolescente, y en el caso que nos ocupa es actuar en beneficio e Interés Superior del adolescente (…), de doce (12) años de edad, específicamente en resguardarle su derecho a la Alimentación, a tener y mantener un nivel de vida adecuado, tal como lo establecen los artículo 8, 30 y 365 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del Adolescente, y con la finalidad de garantizarle las Obligaciones de Alimentos futuras del mencionado Adolescente, decreta Medida de Embargo Provisional sobre la totalidad de las Prestaciones Sociales que le pudieran corresponder al ciudadano obligado alimentario. En consecuencia se ordena oficiar al Director de Recursos Humanos de la Universidad Central de Venezuela y/o al Coordinador Control de Movimientos de Personal de la U.C.V, con el objeto de hacerle de su conocimiento la medida decretada. Líbrese oficio.-
La Juez
Abg. Dania Ramírez Contreras
La Secretaria
Abg. Lenny Carrasco
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