REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Caracas, 23 de Septiembre de 2011
201º y 152º

ASUNTO: AH13-V-2000-000134

Parte Accionante: ciudadanos ANDRES LOPEZ QUIJANO y FLORANGEL PEÑA, venezolanos, mayores de edad, de este domicilio y titulares de las Cédulas de Identidad Nos. V-6.190.144 y V-6.514.100, respectivamente
Apoderada de la Parte Accionante: abogada Gladys Yolanda Pineda, inscrita en el Inpreabogado bajo el No. 25.375.
Parte Accionada: ciudadano GUIDO MANIGLIA LINARES, venezolano, mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad No. V-3.921.371, en su carácter de representante de la empresa B. W T C. A BRIGHTSTART WOKBOAT AND TOPFLIGHT IMPORT AND EXPORT en su carácter de causante inmediato a titulo particular ciudadano FREDDY LOPEZ, venezolano, mayor de edad, en su carácter de representante de la empresa CHALLERGER GROUP I. N. C., ciudadano CARLOS MORALES, venezolano, mayor de edad en su carácter de representante de FLETE MAR S. A., y Josefina Ramírez, venezolana, mayor de edad como representante de la empresa ASUMAR C. A.
Apoderado de la Parte Accionada: No tiene apoderado judicial acreditado en autos.
Motivo: DAÑO MATERIAL Y MORAL
NARRATIVA

Se inició la presente demanda de DAÑO MATERIAL Y MORAL, presentada por los ciudadanos ANDRES LOPEZ QUIJANO y FLORANGEL PEÑA, contra el ciudadano GUIDO MANIGLIA LINARES, venezolano, mayor de edad, de este domicilio y titular de la cédula de identidad No. V-3.921.371, en su carácter de representante de la empresa B. W T C. A BRIGHTSTART WOKBOAT AND TOPFLIGHT IMPORT AND EXPORT en su carácter de causante inmediato a titulo particular ciudadano FREDDY LOPEZ, venezolano, mayor de edad, en su carácter de representante de la empresa CHALLERGER GROUP I. N. C., ciudadano CARLOS MORALES, venezolano, mayor de edad en su carácter de representante de FLETE MAR S. A., y Josefina Ramírez, venezolana, mayor de edad como representante de la empresa ASUMAR C. A., identificados al inicio del presente fallo, ante el Juzgado Distribuidor de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en fecha 07 de Enero de 2000, el cual previo el sorteo de Ley le fue asignado su conocimiento, sustanciación y decisión a este Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de esta Circunscripción Judicial.
Consignados como fueron los recaudos, en fecha 13 de Abril de 2000, se admitió la demanda por el procedimiento ordinario, ordenándose el emplazamiento de los demandados para dentro de los Veinte (20) días de despacho siguientes a la constancia en autos de la última de las citaciones ordenadas a fin de dar contestación de la demanda.
En fecha 26 de abril de 2000, la representación judicial de la parte accionante procede a solicitar se libren las compulsas de citación a los demandados, consignando los fotostatos necesarios para ello, procediendo el Tribunal a la expedición de las mismas en fecha 16 de mayo de 2000.
El día 26 de junio de 2000, el alguacil José Ereño dejó constancia de haber logrado la citación del ciudadano Carlos Morales, consignando el recibo de citación debidamente firmado.
Por auto de fecha 27 de junio de 2000, y a solicitud de la parte actora se acordó entregar la compulsa de citación librada a la empresa ASUMAR C. A., a la representación de la accionante de conformidad con lo establecido en el artículo 345 del Código de Procedimiento Civil.
En fecha 02 de agosto de 2000, el alguacil deja constancia de la imposibilidad de citar al resto de los codemandados, toda vez que en las oportunidades que se traslado a las diversas direcciones donde debía practicar la citación de los mismos, fue informado que no se encontraban.
Por auto de fecha 08 de agosto de 2000, el Tribunal a solicitud de la parte actora acuerda la citación por Carteles de los codemandados, de conformidad con lo establecido en el artículo 223 del Código de Procedimiento Civil. En esa misma fecha se libro el Cartel de citación en cuestión.
En fecha 15 de enero de 2001, el Tribunal deja sin efecto las citaciones practicadas, y ordena practicar la citación de todos y cada uno de los demandados de conformidad con lo establecido en el artículo 228 del Código de Procedimiento Civil.
En fecha 22 de enero de 2001, la representación judicial de la parte accionante procede a solicitar se libren nuevas compulsas de citación a los demandados, consignando los fotostatos necesarios para ello, procediendo el Tribunal a la expedición de las mismas en fecha 06 de febrero de 2001.
Mediante diligencias de fecha 02 y 28 de mayo de 2001, el alguacil del Tribunal deja constancia de la imposibilidad de practicar la citación de los codemandados domiciliados en la ciudad de Caracas.
Por auto de fecha 11 de junio de 2001, y a solicitud de la parte actora se acordó entregar la compulsa de citación librada a la empresa ASUMAR C. A., a la representación de la accionante de conformidad con lo establecido en el artículo 345 del Código de Procedimiento Civil, quien procedió mediante diligencia de fecha 20 de julio de 2001 a retirar la misma.


En fecha 9 de Agosto de 2011, quien suscribe el presente fallo se abocó al conocimiento de la presente causa, en el estado en que se encontraba.-
De conformidad con las facultades conferidas a este Tribunal por el artículo 269 del Código de Procedimiento Civil, este despacho procede de oficio a hacer el siguiente pronunciamiento:
- II -
Del examen de las actas que conforman el presente expediente y con el objeto de verificar el estado del procedimiento, se constató que desde el 20 de julio de 2001, fecha en la cual la representación judicial de la parte actora retiro compulsa de citación librada a la empresa ASUMAR C. A., conforme a lo establecido en el artículo 345 del Código Adjetivo, hasta la presente fecha no consta en autos que el demandante haya efectuado actuación alguna tendente a lograr la citación del demandado a objeto de trabar la litis en la presente causa.
Ahora bien, la jurisprudencia sentada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 1º de junio de 2001, (caso Fran Valero y Milena Portillo Manosalva de Valero), y que tiene carácter vinculante para todos los Tribunales de la República, en cuanto a lo que debe entenderse por justicia oportuna, estableció:
“… Se ha interpretado como una limitación al derecho de acceso de toda persona a los órganos de la administración de justicia, garantizado por el artículo 26 de la Constitución de 1999, la pérdida del interés procesal, conceptuando éste como un requisito de la pretensión, en virtud de lo cual al ponerse de manifiesto tal situación antes o después de ser admitida aquélla para su trámite, ocasiona el decaimiento del ejercicio de la acción, por falta del debido impulso de parte, y permite declarar terminado el procedimiento, en razón de la ausencia de tal presupuesto, cuando ha transcurrido un lapso de inactividad suficiente que le haga presumir al Juez que el actor o solicitante de la respectiva tutela jurisdiccional, probablemente, ya no desea obtenerla o no requiere que se le satisfaga el derecho deducido, en forma oportuna y expedita, simplemente porque su abstención de instar la iniciación o continuación del procedimiento así lo denota.” (Negrillas y cursivas del Tribunal)

Igualmente la Sala Constitucional, se ha pronunciado acerca de la perención, en sentencia Nº 80, de fecha 27 de enero de 2006 en el caso Iván Ramón Luna Vásquez, en los siguientes términos:
“…En razón de lo anterior, es necesario concluir lo siguiente:
1. Desde el punto de vista de la naturaleza jurídica de la perención de la instancia, ésta ha sido reconocida como una institución eminentemente sancionatoria desde que está predeterminada a la extinción del proceso y a impedir además que pueda demandarse nuevamente hasta que transcurra el lapso de noventa días.
2. Es de naturaleza irrenunciable por las partes, lo cual hace que ocurridos los supuestos objetivos de procedencia, ella opera de pleno derecho sin que se pueda convalidar por acto posterior alguno.
3. El juez puede decretarla de oficio, para lo cual sólo bastará que concurran las circunstancias que regulan la materia…”
Así las cosas, debe concluirse que la perención de la instancia es una institución procesal de orden público, que debe ser declarada aún de oficio por el juez de la causa, ya sean éstos de primera o segunda instancia, pues, contrario a la creencia del actor, los jueces de segunda instancia, poseen una facultad de revisión amplia y general del caso que los ocupa –principio de la doble instancia-, claro está, siempre atendiendo a lo alegado y probado en autos, por ello independientemente de que una perención no hubiere sido advertida por el juzgador de primera instancia, ello no es impedimento para que el de alzada la verifique y la declare de concurrir las circunstancias para ello, ni mucho menos para pensar –como aduce el actor-, que se ha configurado una convalidación a la misma por no haber sido decretada en primera instancia.
En tal sentido, debe indicarse que las normas procesales regulan los actos de parte y del juez que componen el juicio, por ello es deber del Juzgador atender a ellas en todo estado y grado del proceso, pues están dispuestas para lograr una decisión idónea e imparcial, para aplicarse a ambas partes, y no en beneficio o perjuicio de una u otra, sino en pro de la justicia; así pues, tal es la importancia de las normas de carácter procesal, que incluso en momentos de cambio de legislación y aparición de un nuevo texto normativo, nuestro ordenamiento jurídico prevé que las normas de carácter procesal tendrán vigencia inmediata –artículo 9 del Código de Procedimiento Civil….”(Negrillas y subrayado del Tribunal).

Dispone el artículo 267 del Código de Procedimiento Civil lo siguiente:
Artículo 267: “Toda instancia se extingue por el transcurso de un año sin haberse ejecutado ningún acto de procedimiento por las partes. La inactividad del Juez después de vista la causa, no producirá la perención”. (Negrillas del Tribunal).

Asimismo, establece el Artículo 269 eiusdem lo siguiente:
Artículo 269: “La perención se verifica de derecho y no es renunciable por las partes. Puede declararse de oficio por el Tribunal y la sentencia que la declare, en cualquiera de los casos del artículo 267, es apelable libremente.” (Negrillas del Tribunal)

Cabe destacar que, el fin público de todo proceso como la calificación de normas de orden público, constituyen la más sana garantía de que los juicios no pueden eternizarse a voluntad de las partes o del Juez, debiendo concluir a través de la sentencia o por las llamadas formas de autocomposición procesal, y la institución de la perención de la instancia, la cual no es otra cosa que, la extinción del proceso, extinción derivada de la inercia, de la inactividad procesal de las partes durante el plazo o término previsto en la Ley, para que dicho efecto se produzca. Esta institución se caracteriza por su naturaleza de orden público, de conformidad con lo previsto en el Artículo 269 del Código de Procedimiento Civil, es facultad del Juez declarar de oficio la perención, por estar el interés del Estado en su función jurisdiccional representativa del interés colectivo por encima del interés particular, de quienes desean la continuación de un proceso perimido.
Realizadas como ha sido tales consideraciones, es forzoso para este Juzgador concluir que, el supuesto de hecho establecido en el encabezado del Artículo 267 del Código de Procedimiento Civil, se encuentra verificado en el presente caso, por cuanto se aprecia que ante la existencia del proceso correspondía a la parte interesada impulsar el procedimiento para que el mismo continuará y se cumplieran las distintas etapas del juicio, y siendo que desde el 20 de julio de 2001, hasta la presente fecha, la parte accionante, no ha ejecutado ningún acto de procedimiento, a objeto impulsar la citación personal de la parte demandada, a fin de trabar la litis, y por cuanto ha transcurrido por ante este Despacho más de un (1) año sin que se haya efectuado actuación alguna en el expediente, es por lo que se considera perimida la instancia, y así se declara.
- III -
Por las razones de hecho y de derecho antes expuestas, este Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, DECLARA LA PERENCIÓN DE LA INSTANCIA, de conformidad con lo establecido en el artículo 267, en concordancia con lo estatuido en el artículo 269 ambos del Código de Procedimiento Civil, con la consecuencia prevista en el artículo 271 eiusdem, es decir, que no podrá intentarse de nuevo la demanda antes de que transcurran noventa (90) días continuos después de verificada la perención.
De conformidad con lo previsto en el artículo 283 del Código de Procedimiento Civil no ha lugar a costas.
Publíquese, regístrese y déjese copia.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en Caracas, a los 23 días del mes de Septiembre del año dos mil once (2011). Años 201º de la Independencia y 152º de la Federación.
EL JUEZ,

DR. JUAN CARLOS VARELA RAMOS
LA SECRETARIA,

ABG. DIOCELIS PEREZ BARRETO
En la misma fecha, siendo las 11:48 a.m., se publicó y registró la anterior sentencia previo anuncio de Ley.
LA SECRETARIA,

ABG. DIOCELIS PÉREZ BARRETO
JCVR/DPB/CASCO.
EXP. AH13-V-2000-000134
(2000-21907).